En 1986 se conmemoró el 50 aniversario del comienzo de la Guerra Civil Española, provocada, como se sabe, por la sublevación militar franquista contra la República, el 18 de julio de 1936.
En 1986 gobernaba el PSOE de Felipe González, en plan de partido monárquico servil, y por ello el aniversario vino a ser todo un "marrón". Por lo cual, como diría el diario El País, el Gobierno decidió darle "un enfoque cultural al aniversario, y evitar que el recuerdo de la guerra civil se convirtiera en un arma arrojadiza".
O sea, que se hablara lo menos posible de la República. Para ello, empezaron por no hacer el evento conmemorativo en Madrid, capital republicana de España con todas las de la ley, porque ello obligaría al presidente Felipe Glez a dar la cara.
Madrid, además, había desempeñado un papel heroico a la hora de repeler la sublevación fascista, pero ese recuerdo no convenía. Había que buscar otros derroteros y para eso estaba el Ministerio de Cultura, con Javier Solana al frente.
Y así dieron con que Valencia había sido capital provisional de la República y a ese punto llevaron el asunto. Operación factible ya que el PSOE no sólo gobernaba entonces España sino también el País Valenciano.
El 7 de noviembre de 1936, con los sublevados a las puertas de Madrid, el Gobierno republicano, presidido por el socialista Francisco Largo Caballero, decidió trasladarse a Valencia, donde estaría un año. Pues, nuevamente, el 31 de octubre de 1937, el Gobierno presidido por el también socialista Juan Negrín hubo de marchar a Barcelona.
A los dirigentes del PSOE de 1986, como tiralevitas del Borbón, le importa un rábano el drama y la historia republicana de sus antepasados. Pero tienen que disimularlo.
Por eso, la Generalitat valenciana y el Ayuntamiento de Valencia encarga el cartel al insigne poeta y pintor gaditano, Rafael Alberti (1902-1999);un comunista de pro y de proyección internacional, que además había vivido en Valencia en aquel periodo, y preparado allí el II Congreso de Intelectuales antifascistas (1937).
El texto del cartel era escueto: "50 Anys. Valencia capital de la República". Alberti hace un diseño de la bandera republicana, con sus colores, rojo-amarillo-morado, cosa cromática que a los dirigentes del PSOE le resulta de inmediato "conflictiva". Y deciden por tanto eliminar el cartel, y poner en su lugar otro más "razonable", que encarga al pintor valenciano Manuel Boix.
El cartel de Boix es una cabeza de mujer, que según El País, siempre al quite, era la "representación iconográfica tradicional" de la República. Por su parte, los mandamases del PSOE con la hipocresía habitual niegan que todo esto tenga "intencionalidad política". Y para "demostrarlo" el Ayuntamiento decide hacer una reducida tirada a serigrafía del cartel de Alberti.
Lógicamente, el anciano Alberti se enfurece ante la cobardía moral de los tales. Y decide retirar su cartel y pide que borren su nombre de todos los folletos que iban a editar por considerar que el "veto al cartel era un insulto a la bandera republicana y a todo lo que significa".
Al tiempo que califica, amablemente, a los responsables socialistas de "cobardicas", y manda el siguiente telegrama al citado Cipriá Ciscar, en cuanto consejero de Educación y Cultura de la Generalitat valenciana:
"Le agradecería muchísimo comprendiese mi decisión de no asistir a los actos conmemorativos de la república después de tantas y poco gratas vacilaciones sobre mi cartel con la bandera republicana. Le suplico me devuelvan el original, motivo de tan largos, aburridos e inoportunos enfrentamientos. Cordialmente Rafael Alberti" .
Fdo: Encarna Ruiz Galacho
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ResponderEliminarBuen trabajo claro, conciso y explícito.
ResponderEliminarMuchas gracias y un saludo.