El 12 de Octubre es la Fiesta Nacional de España por la Ley 18/1987. Se trata, ante todo, de una fiesta militar a la que asiste el rey con su familia, el presidente del Gobierno, los altos dignatarios de los poderes del Estado y los presidentes de las comunidades autónomas. Un motivo para el recuento, pues todos los años los medios de comunicación señalan las ausencias de los presidentes del País Vasco y de Cataluña. A las que este año se añadieron Navarra y Valencia, y hasta la Galicia del PP.
El 12-O es un exponente del régimen del 78 y de la herencia franquista a la que no renunció. Durante la Dictadura el 12-O era "la fiesta de la hispanidad", que celebraba el descubrimiento de América por Cristóbal Colón (1492) y la colonización española posterior. O sea, todo un cante de la España rancia y la España “es diferente”, (eslogan turístico de Manuel Fraga, ministro de Franco y fundador del Partido Popular).
Hace unos días el historiador británico Henry Kamen lo dejaba claro, al afirmar que: "El Estado español es probablemente único en Europa a la hora de celebrar una fiesta nacional que está estrechamente identificada con su herencia colonial, en lugar de conmemorar acontecimientos del propio país".
Y añadía la cuestión de que a ningún país europeo se le ocurrió hacer una "fiesta de la britanidad o de la galicidad" como España hizo con el "Día de la Hispanidad"; algo que podría tildarse de egolatría españolista delirante de nuestros mandamases. Y que el Gobierno de UCD mantuvo en plena transición democrática, en 1981, por Real Decreto, siendo así el 12-O "Fiesta Nacional de España y Día de la Hispanidad".
"DESFILE DE LA VICTORIA"-1939 |
En octubre de 1982 llegó el primer gobierno del PSOE, y dejó el asunto hispanificante donde estaba. Hasta 5 años más tarde, que decidió eliminar el término "Hispanidad", que no convenía a las relaciones internacionales y los negocios de la "marca España".
Entonces, el ministro de Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero, presentó en el Congreso de los Diputados, el 16 de septiembre de 1987, el proyecto de ley para proclamar fiesta nacional el 12 de octubre. El argumento era el propio de partido dinástico: vinculando la monarquía de los Reyes Católicos y la unidad de España a la gesta de Cristóbal Colón y al montaje del imperio colonial en las Américas que vino después.
El diputado Ramón Tamames, en nombre de Izquierda Unida, defendió poner la fiesta nacional en el día de la Constitución, el 6 de diciembre. Justo lo defendido por el PSOE cuando estaba en la oposición a UCD; por ello se vieron obligados los socialistas a decir que entonces, cuando ellos lo propusieron había "rumores desestabilizadores". Ahora, en cambio, ya estaba la sociedad española preparada para asumir "la empresa del 12 de octubre". O sea que las empresas multinacionales españolas iban a hacer "las Américas".
Tamames quiso ser un fervoroso constitucionalista del 78, pero defendió su posición con argumentos flojos. Lo más contundente que hizo fue dejar al PSOE en evidencia, en cuanto partido que decía una cosa en la oposición y hacía otra cuando estaba en el gobierno.
A esto salió el diputado Ramón Calero, de Alianza Popular (antiguo PP), que se mostró muy de acuerdo con el proyecto de ley del Gobierno del PSOE. Cosa que ilustró invocando la trascendencia histórica de las fechas, mucha para el 12 octubre de 1492 y poca para la Constitución Española de 1978. Al afirmar que dentro de 300 años nadie se acordaría de ella.
A esto salió el diputado Ramón Calero, de Alianza Popular (antiguo PP), que se mostró muy de acuerdo con el proyecto de ley del Gobierno del PSOE. Cosa que ilustró invocando la trascendencia histórica de las fechas, mucha para el 12 octubre de 1492 y poca para la Constitución Española de 1978. Al afirmar que dentro de 300 años nadie se acordaría de ella.
Fdo: Encarna R.Galacho
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