miércoles, 30 de septiembre de 2015

RESULTADOS 27-S: PODEMOS PREOCUPARNOS.


La lectura de los resultados de las singulares elecciones catalanas del pasado 27 de septiembre nos sitúan en la siguiente tesitura:






Campaña polarizada por la disyuntiva del independentismo/españolismo. Tal era el terreno de juego planteado por la convocatoria electoral del president Artur Mas y su candidatura "plebiscitaria" de Junts pel Sí (JpS), patrocinada por Convergencia y Esquerra al 60 y 40 por ciento respectivamente.


La movilización saludable del electorado, con un récord histórico de participación (77,45%), es la prueba contundente de que los comicios no fueron percibidos por la ciudadanía como unas elecciones autonómicas ordinarias.


El relativo éxito de Junt pel Si, con 62 escaños, 9 diputados menos que en las de 2012, para una Cámara de 135 diputados, significa que necesita para la mayoría absoluta el apoyo de la Candidatura de Unidad Popular (CUP) o la abstención de Catalunya Sí que es Pot (CSQP).


En la derecha españolista se cumplieron las previsiones, tal como el fracaso del PP y el triunfo de los neo liberales de Ciudadanos (C´s), como solución de recambio; el PP cae de 13% al 8,48% y de 19 a 11 escaños, y los de C´s logran 25 escaños y se colocan en el segundo puesto.


Ciudadanos con el lema del "cambio sensato" y la musiquilla de "queremos ser catalanes, españoles y europeos" se han metido en el bolsillo a parte del antiguo "cinturón rojo" de Barcelona, el que solía votar al Partido Socialista de Cataluña (PSC).


El PSC que nunca había estado tan mal y al que las encuestas veían moribundo, como al griego PASOK, y engullido por Podemos, resulta que solo pierde 4 escaños de los 20 que tenían. Los socialistas del bailón Miquel Iceta que no sabían qué hacer ni a qué ni a qué bandera encomendarse, han tenido en los errores de la izquierda su mejor ayuda.

Vale recordar que el PSC forma parte del bloque españolista ( junto a C´s y PP) opuestos al derecho a decidir y que suman en total 1.586.302 votos, frente a las candidaturas partidarias del referéndum de autodeterminación - que pueden ser independentistas o no- y en las que figuran JpS, CSQP, CUP y Unió, y que suman 2.406.770.


En la izquierda catalana, la CUP y CSQP arrojan resultados parecidos pero balances dispares. La CUP sube de 3 a 10 diputados, al presentarse como una opción clara y coherente, de cara a un proceso soberanista, republicano y anticapitalista; que defiende un programa de rescate ciudadano y combate la estructura oligárquica de la Unión Europea.



En cambio, los resultados de Catalunya Sí que es Pot, (CSQP) la candidatura de confluencia de Podemos, con Iniciativa de Cataluña (ICV), han sido decepcionantes: solo el 8,9% de los votos y 11 escaños, cuando hace un año las encuestas le prometían a Podemos de 20 a 30 diputados en el Parlament.


Los malos resultados de CSQP se relacionan con los numerosos fallos que han cometido: en la confluencia, en la confección de la candidatura, y en el discurso. Y todo lo cual explica que, ante la polarización de la campaña, el discurso de Podemos se viera expulsado del debate; ya que para combatir al independentismo catalán no bastaba, como se ha visto, una crítica de brocha gorda.


Por otro lado, tendrían que haber combatido al nacionalismo españolista de C´s y del PSC con una resuelta defensa de derecho a decidir y del Estado plurinacional, pero no lo hizo. Y así no consiguieron ser de ningún modo el referente para la base social del desprestigiado socialismo catalán, un desafío inherente a estos comicios, y al final una oportunidad perdida.





En fin, ya se sabe, que cuanto más se aprenda de los errores, mejor se podrán corregir en el futuro. Ya decía Juan Carlos Monedero en sus recientes declaraciones que "Podemos paga más caro que nadie no ser el mismo". Por eso puede que estén a tiempo de resituar bien los asuntos.


Fdo: Encarna Ruiz Galacho


jueves, 24 de septiembre de 2015

¿QUE HAY DEL "CATALANISMO POPULAR REPUBLICANO"?

El derecho de autodeterminación de los pueblos -el derecho a decidir, que se dice ahora-  es un derecho democrático fundamental e inalienable, pero que no reconoce la Constitución monárquica de 1978; y ese es, justamente, el problema a resolver que se plantea en los comicios catalanes del próximo 27 de septiembre.



Para las izquierdas los derechos sociales y los derechos nacionales son inseparables. Por eso, durante la Dictadura franquista las izquierdas española y catalana defendieron la autodeterminación de las naciones históricas, casos de Cataluña, Euskadi y Galicia. Eso significaba defender la ruptura democrática con el franquismo, y poner a referéndum la forma de Estado -Monarquía o República-, así como el encaje de esos territorios en una fórmula de Estado plurinacional.


La derrota de la ruptura democrática, primero, y la aceptación después de la Constitución monárquica de 1978 por el PSOE y el PCE condujo a no resolver el problema; algunos lo pagaron caro, tal como ocurrió con la desintegración partidaria del PCE desde 1981, y la práctica desaparición de su homónimo, el Partido Socialista Unificado de Catalunya (PSUC). Y ahora, a la vuelta de más de tres décadas, hay quienes se reclaman del desaparecido PSUC, y hasta el nacionalismo catalán, se disfraza de independentismo de izquierda. ¿Qué ha pasado? ¿Qué está pasando?




Hasta la debacle del partido hegemónico del catalanismo burgués, Convergencia Democrática de Cataluña,  y de su líder y fundador, el "molto honorable" Jordi Pujol, el independentismo no estaba en su hoja de ruta. Desde 1980 a 2002 Pujol gobernó sin problemas, llenando los bolsillos de su familia y de su partido, tras convertir cínicamente la estafa de Banca Catalana en un "ataque a Cataluña"; al paso que los gobiernos españoles de PSOE y PP no encaraban el saqueo organizado de las arcas públicas que el fer país del pujolismo llevaba a cabo.

Al reinado del pujolismo le vino de perlas la ley electoral del reformismo franquista,  tanto en las elecciones generales, como en las autonómicas. En las generales, porque cuando el sistema bipartidista no era perfecto - o sea, el partido ganador carecía de mayoría absoluta- Madrid recurría a los escaños de Pujol, que más caro los vendía; en las autonómicas, porque la ley electoral al subestimar los votos de las aglomeraciones urbanas, como el área metropolitana y proletaria de Barcelona, convertía en censitarios los comicios catalanes.

Pese a las semejanzas entre la derecha española del PP y la derecha catalana de Pujol en políticas antisociales y escándalos de corrupción, el choque entre el nacionalismo español y el nacionalismo catalán ha sido estrepitoso desde que el PP recurrió al Tribunal Constitucional para "cargarse" el nuevo Estatuto catalán (2005) y lo consiguió. No sin provocar que el soberanismo y la petición de referéndum ganase terreno.


A la postre, el sucesor de Pujol y presidente de la Generalitat, Artur Mas, optó por  envolverse en la bandera independentista para matar varios pájaros de un tiro: frenar el hundimiento de su partido, y buscarle un desagüe a las brutales políticas neoliberales que viene aplicando y que en nada desmerecen de las del PP en el Estado español. Eso explica que la candidatura independentista de Artur Mas, "Junts pel Sí", aparte de  plantearse en términos plebiscitarios, ni siquiera haya publicitado su programa electoral.

En cambio, en la izquierda destacan dos coaliciones que pretenden ligar lo social y lo nacional: 

la independentista "Candidatura de Unidad Popular" (CUP) y la no independentista "Catalunya Si que es Pot" (CSQP),  en la que participa Podemos. Ambas se proponen un proceso constituyente desde abajo, sobre la base de un referéndum vinculante. Pero difieren y no poco en el largo alcance, ya que CSQP se limita a la perspectiva de una Catalunya democrática, de justicia social y libre de corrupción, mientras la CUP defiende el republicanismo con una perspectiva de clase, y rechaza a la Europa oligárquica del Euro, desde un punto de vista anticapitalista.




miércoles, 16 de septiembre de 2015

ALEMANIA Y LOS REFUGIADOS SIRIOS.


Los refugiados de conflictos armados tienen sus derechos contemplados en tratados internacionales: la Declaración Universal de los DerechosHumanos, el Convenio Europeo  de Derechos Humanos, la Convenciónde Ginebra, el Protocolo de Dublín, la Carta de DerechosFundamentales de la Unión Europea(UE) y el Derecho Internacional que regula los mares. Lo cual significa que todos los Estados de la UE tienen la obligación de acoger y dar protección a las personas que vengan de lugares en guerra.




Pero, el pasado año (2014), los Estados de la UE resolvieron convertir sus ayudas a la Asistencia Humanitaria en el Mediterráneo en un dispositivo de seguridad de fronteras, denominada "Frontex"; redujeron las aportaciones económicas y los medios técnicos y humanos. Y la Organización Internacional para las migraciones OIM calcula que al menos 2.000 emigrantes murieron ahogados en el Mediterráneo.

Al final de 2014 los refugiados en el mundo eran 59,5 millones, de los que 38,2 eran desplazados en su propio país, 19,5 millones en otros países y 1,8 millones de solicitantes de asilo. La mitad de los refugiados (53%) eran de tres países y por este orden: Siria, Afganistán y Somalia. En cuanto a la vida del refugiado, las cifras de la Agencia de Naciones Unidas muestran que es un viaje sin retorno. Apenas 100.000 personas volvieron a sus países de origen ese año.

A esto que, habituados a que las grandes potencias muevan los hilos de la guerra en Oriente Medio, como lo hicieron antes, en y después de las "primaveras árabes"; y cuando este verano parecía que el plan de paz en la guerra de Siria podía prosperar, se desencadenó la llegada masiva de refugiados, que hacen la ruta de los Balcanes para llegar a Europa, cruzando Macedonia, Serbia y Hungría, con el propósito de llegar a Alemania.



El Gobierno alemán que no se compadecía para nada de la crisis humanitaria griega, ahora se muestra entusiasmado con su papel protector de la mayor avalancha de refugiados de guerra conocida desde la II Guerra Mundial. Y aplicando una manipulación mediática de mucho cuidado.

La canciller Merkel dejó bien claro sus simpatías, diciendo al efecto:"si fuimos rápidos para salvar los bancos, ahora también debemos serlo". Y el tabloide Bild , tan agresivo contra los griegos durante la crisis, ha lanzado una campaña de solidaridad con los refugiados.

Alemania está dispuesta a acoger a 800.000 refugiados al año, con preferencia por los sirios. Siria antes de la guerra contaba con un buen sistema educativo y son 4 millones los que hay desplazados a los países vecinos. Algo que para el gobierno alemán se considera un reto semejante al de la reunificación alemana, tras la caída del Muro de Berlín, hace 25 años. Y ya se piensa en la homologación de titulaciones académicas.

En los próximos 20 años necesitamos mucha más mano de obra de la que producimos", declaraba el presidente de la patronal alemana, Ingo Kramer, que habla de los refugiados que llegan como de un "enriquecimiento". Y no le falta razón, porque ahora que el desempleo estaba disminuyendo pondrán a rebosar el ejército laboral de reserva y a los salarios por los suelos, en Alemania y en la Unión Europea. O sea.




Que seamos solidarios con los refugiados no significa que caigamos en la manipulación de las potencias imperialistas, enemigas de los pueblos, que provocan las guerras para saquear y destruir a países que lo fueron, como Libia, Irak y Siria.









jueves, 10 de septiembre de 2015

CON EL EURO, EL CASO DE GRECIA Y ALGO DE LO DEMAS.


La mayoría de la izquierda europea ha sido partidaria de la moneda común, el Euro, y su vinculación a la Unión Europea, con la que se esgrimía haber alcanzado paz y prosperidad duradera. Se rechazaba con ello el retorno a las monedas nacionales y por tanto a las limitaciones del Estado nacional, a la par que en el marco de la Unidad Económica y Monetaria se hacían los reclamos para librar la batalla contra las políticas neoliberales dominantes. Y así, hasta que el impacto de la Gran Recesión desde 2008, en los países del Sur de Europa, en general, y en particular ante la crisis griega, puso a cavilar sobre el sistema oligárquico del Euro.




Y como los incondicionales del Euro separan los efectos de las causas,  lo mismo afirman compadecerse mucho del sufrimiento del pueblo griego, de la crisis humanitaria de Grecia, que no por ello dejan de repetir el mantra conservador de que "salirse del euro es lo peor".


Se recordará, por ello, que la coalición griega de Syriza, que decía ser de izquierda "radical", ganó las elecciones diciendo que iba a poner fin a los dictados de la Troika, sin salirse del Euro, pues tal era la voluntad del pueblo griego. Por lo visto, los griegos y los demás países del Sur de Europa relacionaban el Euro con el recuerdo de la prosperidad que antaño le aportaron los "fondos" económicos estructurales europeos.

Los griegos se resistían a vincular el Euro con el expolio de los bienes nacionales,la dureza de la crisis económica, y  los dos "rescates" impuestos por la Troika; ya que ante el tercer "rescate" capituló el Gobierno de Syriza, y su Primer Ministro Alexis Tsipras, pese a que sin salirse del euro, había medidas audaces tomar. Según Eric Toussaint: "hubiera bastado con suspender el pago de la deuda y tomar el control de los bancos, controlar el movimiento de capitales, y llegar incluso a la creación de una moneda complementaria".


EricToussaint es el coordinador científico de la auditoria que está realizando la Comisión de la Verdad sobre la Deuda Griega; esta Comisión -creada el pasado mes de abril por la presidenta del Parlamento griego- reveló que el crecimiento de la deuda no fue debido al gasto público, del todo inferior al de los países de la eurozona, sino al pago de intereses de la deuda extremadamente altos, a los gastos militares y el desequilibrio internacional generado por el diseño del Euro.
Pero el Gobierno de Syriza ni siquiera tomó el control del Banco Central de Grecia, con lo cual éste siguió dirigido por el personaje nombrado por el gobierno anterior de la derecha griega. Luego, a resultas del triunfo del NO en el referéndum del 5 de julio, cuando se suponía que se iba a corregir la ambigüedad, ante un mandato popular inequívoco, el ministro Varufakis trató de forzar la situación, planteando la nacionalización de los bancos y la intervención del Banco Central de Grecia, pero la respuesta de Tsipras fue su destitución inmediata.




En su artículo "El error de Tsipras", publicado a finales del mes de julio, Perry Anderson destacaba, entre otros puntos,  los fallos de Syriza en la negociación con la Troika, puesto que su sumisión al Euro le impidió poner en marcha algunas de las bazas más eficaces: tal como un Plan B de impago organizado de la deuda, y proponerse incluso la retirada de Grecia de la OTAN, haciendo valer la posición geoestratégica de este país, a la que EEUU con bases militares en suelo griego es de lo más "sensible".

En estos días se ha sabido que EEUU pidió a Grecia que no autorizara en su espacio aéreo el paso de los aviones rusos que se dirigen a Siria con ayuda humanitaria. Y esto porque el Euro y el Imperialismo van de la mano.




                                                                               Fdo : Encarna Ruiz Galacho



miércoles, 2 de septiembre de 2015

EL EUROPEISMO Y LA SALIDA DEL EURO.


Europa no es la Unión Europea ni la Zona Euro, por mucho que los mandamases de Bruselas se empeñen en lo contrario. Pretenden imponer con ello la falacia de que hay que estar en la Zona Euro para ser europeístas. Y borrar de paso el antagonismo entre la Europa del capital y la Europa de los trabajadores. Pero la Zona Euro no es la Unión Europea (UE); hay países que pertenecen a la UE y no a la Zona Euro, caso de Gran Bretaña, Suecia, Polonia, y otros que ni pertenecen a la UE, caso de Suiza y Noruega, por no hablar de Rusia.

DEBATE CRISIS GRIEGA



El debate sobre la salida del euro, se ha puesto en primer plano con la gran recesión que atravesamos desde 2007 y en particular con la crisis griega. Y hasta algunos entendidos en la materia afirman que "las instituciones globalistas como el FMI están haciendo todo lo posible para crear un desastre financiero en la UE". Y en este asunto no hay que olvidar a los otros dos socios de la Troika, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, ni a las burguesías capitalistas de los países europeos respectivos, representadas por los partidos de la derecha y sus hipócritas pantomimas en primer lugar.

LA UE HACE AGUAS



Según esos partidos, e incluso para el centro izquierda, la ruina económica la traen las izquierdas reformistas que ganan las elecciones, caso de Grecia, y no las derechas corruptas y gansteriles que falsean las cuentas y declaran la fuga de capitales al extranjero y a los paraísos fiscales. Precisamente un punto sobre el que las derechas tan "patrióticas" suelen mantener el más sepulcral de los silencios.

JACQUES SAPIR ECONOMISTA
Así, pues, en la izquierda europea hay un debate entre los partidarios de la salida del euro y los que piensan que no, un debate en el que se trata de convencer a los amigos y vencer al enemigo. Y hacerlo por este orden, con un debate expansivo, sin caer en la tentación de consumirse en la propia salsa, sino involucrando a la gente en la clarificación de todos los asuntos.
En los argumentos que se han dado a favor de la salida del euro, al hilo de la crisis griega, cabe mencionar a tres economistas, el francés Jacques Sapir, el alemán Oskar Lafontaine, y el griego CostasLapavitsas.

LAFONTAINE POLITICO
A decir del primero, con el euro no se sale del austericidio, por lo que Sapir considera que el desmantelamiento de la zona euro es una tarea prioritaria. También Oskar Lafontaine, conocido dirigente de la socialdemocracia alemana en su tiempo, y miembro actual del partido Die Linke, apuesta por la "reconversión escalonada hacia un sistema europeo de monedas" que tenga en cuenta las experiencias acontecida con el euro. En su artículo "¿Qué podemos aprender del chantaje al Gobierno de Syriza?" se refiere a la transición que sería necesaria para que Grecia volviera a su moneda nacional, y cómo la izquierda no solo debe tener ese plan en cartera, sino combatir el mantra de que "si muere el euro, entonces muere Europa".

LAPAVITSAS ECONOMISTA-POLITICO
Finalmente, Costas Lapavitsas, profesor de economía, diputado de Syriza y actualmente en las filas de la nueva formación Unidad Popular, ha señalado el camino a seguir en la transición a una moneda nacional propia, en cuanto herramienta indispensable para la reforma económica, y las medidas de creación de banca pública, nacionalización de los sectores económicos estratégicos, y toda una serie de correctivos estructurales adicionales y de política económica que con el euro son imposibles. Tales como poner freno al desempleo, a la desindustrialización y a los recortes sociales y de salarios y pensiones. (En la próxima, veremos los argumentos que se oponen a la salida del euro).