La
lectura de los resultados de las singulares elecciones catalanas del
pasado 27 de septiembre nos sitúan en la siguiente tesitura:
Campaña
polarizada por la disyuntiva del independentismo/españolismo. Tal
era el terreno de juego planteado por la convocatoria electoral del
president Artur Mas y su candidatura "plebiscitaria" de
Junts pel Sí (JpS), patrocinada por Convergencia y Esquerra al 60 y
40 por ciento respectivamente.
La
movilización saludable del electorado, con un récord histórico de
participación (77,45%), es la prueba contundente de que los comicios
no fueron percibidos por la ciudadanía como unas elecciones
autonómicas ordinarias.
El
relativo éxito de Junt pel Si, con 62 escaños, 9 diputados menos
que en las de 2012, para una Cámara de 135 diputados, significa que
necesita para la mayoría absoluta el apoyo de la Candidatura de
Unidad Popular (CUP) o la abstención de Catalunya Sí que es Pot
(CSQP).
En
la derecha españolista se cumplieron las previsiones, tal como el
fracaso del PP y el triunfo de los neo liberales de Ciudadanos (C´s),
como solución de recambio; el PP cae de 13% al 8,48% y de 19 a 11
escaños, y los de C´s logran 25 escaños y se colocan en el segundo
puesto.
Ciudadanos
con el lema del "cambio sensato" y la musiquilla de
"queremos ser catalanes, españoles y europeos" se han
metido en el bolsillo a parte del antiguo "cinturón rojo"
de Barcelona, el que solía votar al Partido Socialista de Cataluña
(PSC).
El
PSC que nunca había estado tan mal y al que las encuestas veían
moribundo, como al griego PASOK, y engullido por Podemos, resulta que
solo pierde 4 escaños de los 20 que tenían. Los socialistas del
bailón Miquel Iceta que no sabían qué hacer ni a qué ni a qué
bandera encomendarse, han tenido en los errores de la izquierda su
mejor ayuda.
Vale
recordar que el PSC forma parte del bloque españolista ( junto a C´s
y PP) opuestos al derecho a decidir y que suman en total 1.586.302
votos, frente a las candidaturas partidarias del referéndum de
autodeterminación - que pueden ser independentistas o no- y en las
que figuran JpS, CSQP, CUP y Unió, y que suman 2.406.770.
En
la izquierda catalana, la CUP y CSQP arrojan resultados parecidos
pero balances dispares. La CUP sube de 3 a 10 diputados, al
presentarse como una opción clara y coherente, de cara a un proceso
soberanista, republicano y anticapitalista; que defiende un programa
de rescate ciudadano y combate la estructura oligárquica de la Unión
Europea.
En
cambio, los resultados de Catalunya Sí que es Pot, (CSQP) la
candidatura de confluencia de Podemos, con Iniciativa de Cataluña
(ICV), han sido decepcionantes: solo el 8,9% de los votos y 11
escaños, cuando hace un año las encuestas le prometían a Podemos
de 20 a 30 diputados en el Parlament.
Los
malos resultados de CSQP se relacionan con los numerosos fallos que
han cometido: en la confluencia, en la confección de la candidatura,
y en el discurso. Y todo lo cual explica que, ante la polarización
de la campaña, el discurso de Podemos se viera expulsado del debate;
ya que para combatir al independentismo catalán no bastaba, como se
ha visto, una crítica de brocha gorda.
Por
otro lado, tendrían que haber combatido al nacionalismo españolista
de C´s y del PSC con una resuelta defensa de derecho a decidir y del
Estado plurinacional, pero no lo hizo. Y así no consiguieron ser de
ningún modo el referente para la base social del desprestigiado
socialismo catalán, un desafío inherente a estos comicios, y al
final una oportunidad perdida.
En
fin, ya se sabe, que cuanto más se aprenda de los errores, mejor se
podrán corregir en el futuro. Ya decía Juan Carlos Monedero en sus
recientes declaraciones que "Podemos paga más caro que nadie no
ser el mismo". Por eso puede que estén a tiempo de resituar
bien los asuntos.
Fdo:
Encarna Ruiz Galacho