miércoles, 1 de julio de 2015

GRECIA , NO HAY CAPITALISMO AMIGO.

Desde la izquierda puede hablarse de dos tipos de análisis y de conclusiones sobre la crisis de la deuda y la dramática situación de la población griega, uno, el análisis de superficie y, dos, el análisis marxista. Con el primero, a todas luces dominante, bordeando los límites del propio capitalismo, cabe oponerse al “austericidio”, a las políticas neoliberales de explotación de los trabajadores y expoliación de los pueblos; en consecuencia, el saqueo de Grecia por los bancos alemanes y franceses, interesados en que la deuda engorde, una deuda impagable cifrada en 120.000 millones de euros para cobrarle intereses a varias generaciones.



Y eso sobre el telón de fondo de que a la derecha europea no le gustase en absoluto que la coalición de la izquierda reformista griega, Syriza, ganara las elecciones el pasado mes de enero de 2015, con un programa antineoliberal; convenía por tanto que no se hicieran ni ellos ni los demás ilusiones sobre la posibilidad de un capitalismo bueno; por ello, después de estar negociando cinco meses sin resultado benévolo por parte de la "troika"- Comisión Europea, Banco Europeo y Fondo Monetario Internacional- el Gobierno de Syriza decidió convocar un referéndum exprés para el 5 de julio. Pues la "troika" solo ofrecía medidas draconianas de asfixia económica y de suicidio generacional, a la par que mostraban su desprecio por los negociadores de Syriza, creyendo así desmoralizar a sus votantes.

Se dice que las encuestas recientes en Grecia daban un aumento de intención de voto en un 11%, y un 63% de los encuestados decían no tener miedo a la salida del euro. Posiblemente, pensando en que eso signifique la salida del capitalismo, porque de no ser así difícilmente se librarán los trabajadores de los horrores que impone la salida de la crisis y que los griegos tan bien conocen.
En cambio, el análisis marxista sin derramar lágrimas de cocodrilo es mucho más certero y humanista , que el análisis de superficie y sus variantes. Carlos Marx escribió su obra magna Das Kapital, para que los trabajadores supieran la verdad del funcionamiento del modo de producción capitalista. Por ello fue el primero que dejó claro el mando del capital sobre la sociedad sin necesidad de pasar por las urnas, y desenmascaró la ilusoria creencia en salidas no traumáticas de las crisis económicas para el común de los trabajadores; pues no hay salida de la crisis, sin destrucción de empleo, y explotación y opresión redoblada, pues sobre la base del sufrimiento de las masas se restablece la ganancia capitalista y se impone la lógica del capital.

Por ello en todas las crisis económicas se acrecienta el paro forzoso y los gobiernos imponen "reformas laborales" que precarizan y desrregulan el mercado de trabajo, que llevan a la caída de los salarios, suben el IVA y los impuestos a las "rentas del trabajo", junto a los recortes sociales en pensiones de jubilación, sanidad y educación, y privatizaciones en el sector público, conducentes al empobrecimiento de una y mil maneras de los trabajadores asalariados, que son la mayoría de la población.

Por eso, para evitar la recurrencia infernal de las crisis que hunden a la clase trabajadora en el paro y la pobreza y a los pueblos en la desolación, hay que ir a los análisis de fondo. Como señala Rolando Astarita en su artículo "Grecia al borde del default": "Hay que luchar por arrancar toda mejora, por más parcial que sea, pero al mismo tiempo explicar por qué solo una economía organizada por los productores y en su beneficio puede dar una salida de fondo. Explicar por qué esto no será posible en tanto el Estado sea capitalista y subsistan las relaciones de explotación". Entonces sí que el "miedo" empezaría a cambiar de bando.


                                                                                        Firmado: Encarna Ruiz Galacho 

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