viernes, 11 de noviembre de 2016

El MDM (1)

Después de algunos tanteos la dirección del PCE, cuya idea era una organización de mujeres solidarias con los presos y por la Amnistía, aceptó la formación del Movimiento Democrático de Mujeres (MDM) en 1965. Este enfoque feminista lo defendía el grupo de mujeres comunistas madrileñas, lideradas por Dulcinea Bellido, Carmen Rodríguez y otras compañeras de Madrid.

Dulcinea y Carmen estaban casadas con dos dirigentes del PCE madrileño, Luis Lucio Lobato y Simón Sánchez Montero, con bastantes años de cárcel; y las dos habían participado activamente en las importantes movilizaciones de los primeros años 60 contra la represión y por la Amnistía.
Además el grupo de Madrid habían entrado en contacto con otras mujeres de movimientos católicos y sin partido, así como con las intelectuales y universitarias que daban sus primeros pasos en las tertulias y lecturas de corte feminista.
Dulcinea Bellido en un mitin del PCE. Plaza de Toros de Vista Alegre, Madrid.1978.
El primer programa del MDM (1968) empezaba por reivindicar, lo que se consideraba una cuestión de principios,  la incorporación de la mujer al trabajo extradoméstico, en cuanto  primer paso a dar en el camino de la emancipación de la mujer. Para facilitarlo se proponía la creación de guarderías en los barrios; la instalación de comedores y cantinas en los lugares de trabajo donde comer a un precio módico; la defensa de a igual trabajo, igual salario; y que las tareas domésticas fuesen compartidas.
Junto a la defensa de las libertades democráticas, el MDM exigía los derechos civiles: la derogación de la licencia marital, a la que estaban sujeta las mujeres casadas en todos los actos de su vida, incluido el hecho de no tener la patria potestad sobre los hijos hasta la muerte del padre.

Reivindicaba la mayoría de edad de la mujer a los 21 años, frente a los 25 años exigidos por ley, y hasta los cuales no podían abandonar la casa de los padres, si no era para casarse o entrar en una orden religiosa. También se solicitaba la igualdad de los hijos nacidos fuera del matrimonio, el matrimonio civil y el divorcio.
El MDM era una red clandestina y por ello necesitada de plataformas legales que preferentemente fueron algunos locales de movimientos católicos, para reuniones y charlas y, sobre todo, la infiltración en las Asociaciones de Amas de Casa, amparadas en la Ley de Asociaciones de 1964.
Madrid fue con diferencia el grupo más importante del MDM, con unas 300 mujeres en los primeros años 70, con un boletín "La mujer y la lucha", y un fuerte activismo en las campañas contra la carestía de la vida por la Amnistía.
En cambio, en Catalunya el MDM se malogró debido al conservadurismo del PSUC y no pudo remontar el estado de excepción de 1969. Otros lugares de implantación apreciable del MDM fueron Asturias, Galicia, Zaragoza y Valencia.
En 1971 el MDM de Madrid editó "La revolución sexual" de W. Reich y eso fue un escándalo en las filas puritanas del Partido, donde hasta las pusieron de "putas".
En 1975 se celebró el Año Internacional de la Mujer, y el MDM tuvo un papel destacado en la preparación de las I Jornadas por la Liberación de la Mujer, realizadas a poco de morir el viejo dictador. Asistieron unas 500 mujeres de 19 provincias.
En la transición democrática apareció la competencia del feminismo radical norteamericano y europeo, de corte más libresco y elitista. Las del MDM subrayaron la apuesta feminista, uniendo a su sigla el rótulo de "Movimiento por la liberación de la Mujer", y en ese sentido revisaron su programa (1976). Pero el conflicto no hacía más que empezar.

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