viernes, 15 de enero de 2016

EL "BORBONEO" DE LOS BORBONES Y EL CASO NÓOS.

El príncipe Juan Carlos de Borbón  sucedió a Franco a título de Rey y  dejó de ser " Juanito el Breve", que decía el antifranquismo antidinástico y republicano. La maquinaria del Estado se empleó a fondo y suprimió la crítica a la monarquía y a las andanzas del monarca por la vía de la censura y la autocensura en los medios de comunicación y el arco parlamentario.

franco y su sucesor 

Y puesto que la monarquía se había convertido en el tabú de la "democracia coronada", el Rey se dedicó a los negocios y  amasó una fortuna. Había llegado  al trono lucrándose del impuesto sobre el crudo del petróleo y decidió hacer buenas migas con las monarquías petrolíferas y reaccionarias del Golfo.
A Juan Carlos I no le interesaban en absoluto ni los intelectuales ni la filosofía, ni la filantropía, sino el hacer dinero, y se rodeó de elementos ad hoc,  mientras el turnismo de los partidos dinásticos miraba para otro lado; o le reía las gracias al rey campechano, caso de los plebeyos del PSOE.
foto de familia conocidos y amigos

Con esos antecedentes familiares, su hija, la Infanta Cristina, y su marido Iñaqui Urdangarin se vieron, según su ex socio, Diego Torres, alentados por la Casa Real a urdir el expolio de los contribuyentes, que consideraban no ciudadanos sino vasallos o pecheros, al estilo del Antiguo Régimen.
Claro  que al descubrirse el "pastel", Juan Carlos I  tuvo que abdicar para no empeorar las cosas, ya que su hija y el yernísimo iban para el banquillo, acusados de liderar una trama para desviar 6,2 millones de euros públicos con una falsa ONG.
la boda de la infanta ( " la edad de la inocencia") 
Un juez instructor valiente, el juez José Castro, actuando al servicio del Estado de Derecho, logró sentar Cristina de Borbón en el banquillo el 11 de enero,  en Palma de Mallorca, junto a su marido y 16 personas más, de ellas 11 cargos públicos. Todo un elenco de la clase política corrupta acusada de delitos de malversación, fraude, prevaricación, estafa, tráfico de influencias, blanqueo de capitales etc.
A todo esto, la acción popular no la ejerce el republicanismo patrio ni el sindicalismo de clase, sino el sindicato derechista Manos Limpias, representado por la abogada Virginia López Negrete, que pide la condena de la Infanta a 8 años de cárcel.  
en el salpicadero la antigua pareja feliz
La defensa quiere sacar a la Infanta del banquillo por aplicación de la llamada doctrina Botín, lo cual implica la dejación de funciones de la fiscalía, la abogacía del Estado y Hacienda. O sea, que no se comporten como  garantes de los intereses generales. Por algo dijo Mariano Rajoy que a la Infanta "le iría bien.
El servilismo a la sangre azul explica  que el  fiscal Pedro Horrach actúe como si fuera el abogado defensor,  que la jefa de la abogacía de Baleares, Dolores Ripoll, asegure que la frase "Hacienda somos todos" era publicidad engañosa. Y que la Agencia Tributaria reniegue de su misión y no cumpla con el artículo 31 de la Constitución española y los art. 41 y 42 de la legislación tributaria, como denuncian los técnicos de Gestha. Para éstos hay pruebas suficientes para demostrar que la Infanta, que no es discapacitada sino ejecutiva de La Caixa, y la esposa de Diego Torres (sus socios) cooperaron plenamente con los delitos fiscales.
Es más, el abogado de Torres también quiere que testifiquen "el cuñado del Sr. Urdangarin y su suegro". O sea, las testas coronadas de Juan Carlos I y su  hijo Felipe VI. La vista se reanudará el 9 de febrero.

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