viernes, 23 de septiembre de 2016

EL SINDICALISMO AYER Y HOY

El sindicalismo atraviesa serias dificultades en el terreno de la movilización, la afiliación y la financiación. Las centrales españolas mayoritarias, por su afiliación y representación, son Comisiones Obreras que desde hace casi dos décadas viene ganando las elecciones sindicales, seguida por la Unión General de Trabajadores; de manera que las dos centrales copan más del 70 % de los delegados de personal y miembros de los comités de empresa. Y ambas van de la mano, desde los tiempos de  la "transición pactada", articulada por una estrategia de unidad de acción, que hemos llamado bisindicalismo.


Por ello, a lo largo de estas décadas cabe preguntarse por qué CCOO y UGT no pasaban a plantearse la unidad orgánica, dado que los puntos en litigio eran más bien secundarios. Sobre todo, en el caso de CCOO, que desde su nacimiento se propuso la unidad sindical como objetivo prioritario.
Cierto que, UGT, como brazo sindical del PSOE ha sido reacia a la unificación, y más en los tiempos de Nicolás Redondo, absorbido por la pelea con el gobierno de Felipe González, al que Redondo acusaba con toda la razón de no ser socialdemócrata. En realidad, el del PSOE fue de los primeros  gobiernos socioliberales de Europa,  como diría el nefasto laborista Tony Blair y sus colegas de La Tercera Vía.
Uno de los inconvenientes para la unificación sería, sin duda, la reducción de cargos, de organizaciones y de plantillas que iba a originar, en la estructura interna de las dos centrales. Algo que luego la crisis ha impuesto, dramáticamente, a cada una de las centrales, dada la crisis de financiación que ha sobrevenido al caer la afiliación y reducirse, en paralelo, otros ingresos complementarios.
En esta tesitura de crisis, la dirección confederal de CCOO lanzó el pasado mes de mayo el documento de "repensar el sindicato", que puede y debe ser un órdago para el conjunto de la organización. Pues, no solo cabe temer que la desmovilización conduzca a convertir el sindicato en una especie de ONG; hay que rejuvenecer el sindicalismo y revitalizar la acción sindical, y situar a los trabajadores asalariados ante la exigencia ineludible de la sindicación.     
Naturalmente, a la hora de repensar, es normal que las corrientes de izquierda de CCOO contrasten la situación actual y su crítica con el retorno a los orígenes del sindicato. El sindicalismo obrero, hoy como ayer es resistencia a la explotación capitalista, a diferencia del sindicato amarillo, financiado por la patronal, y del sindicato fascista, que imponía la conciliación de clases entre patronos y trabajadores asalariados por la vía de la sindicación obligatoria.
Conocer los orígenes del sindicalismo de CCOO tiene mucha importancia, porque es el de la oposición sindical durante el tardofranquismo. De hecho, CCOO no participó como tal, en las elecciones sindicales del Vertical, hasta los comicios de septiembre de 1966, y lo hizo en nombre del futuro del sindicalismo que el relevo generacional de los años 60 y 70 iba a encarnar.
Y no deja de ser curioso que, en su 50 aniversario, se haya puesto CCOO a "repensar" su futuro. Y es que,  hoy como ayer, la lucha entre lo viejo y lo nuevo tendrá que plantearse trabajosamente, a partir de los centros de trabajo, desde las bases laborales y la movilización social,  y el papel creciente de la juventud rebelde.
Todo lo cual, se dirá, no sin razón, que se está haciendo esperar, debido al largo "eclipse del movimiento obrero" que atravesamos. Por ello conviene estudiar el pasado y no idealizarlo. Porque  hay que mirar hacia atrás, para mirar hacia adelante.


viernes, 16 de septiembre de 2016

REFUGIADOS Y SOLIDARIDAD EN GRECIA

El pasado mes de julio unos millares de activistas europeos llegaron a Grecia en solidaridad con los refugiados e inmigrantes. Entre ellos la Caravana a Grecia, abriendo fronteras, que embarcó el 15 de julio, con casi 300 personas de 20 ciudades del Estado español. Su misión: poner altavoz a la denuncia de las políticas de frontera de la Unión Europea que no cumplen con el derecho internacional y de asilo.
protesta de Caravana a Grecia , abriendo fronteras ante la emabajada española en Atenas

El número de refugiados e inmigrantes atascados en Grecia se cifra en torno a los 57.000, entre otras cosas porque el reparto a los países europeos, acordado en septiembre de 2015, ha sido papel mojado. Caso de España donde solo llegaron 147 familias, cuando numerosas ciudades ofrecieron dar acogida, pero que el  Gobierno del PP no autoriza. Rajoy y su vicepresidenta ni siquiera fueron a la cumbre de países mediterráneos celebrada en  Atenas.
Después del acuerdo de la UE con Turquía para que este país corte el paso a los refugiados sirios, éstos siguen huyendo de la guerra y llegando a las costas de Grecia, entre 180-200 diarios. Pero no todos los refugiados son sirios, de los 27.592 refugiados solicitantes de asilo registrados, hasta el 23 de agosto,  el 54% eran sirios, el 27% afganos y un 13% iraquíes.


llegada de refugiados a la isla de Lesbos

Además, en  Grecia se ha desarrollado desde 2015 una experiencia maravillosa de solidaridad y democracia de base. Lo contaba Theodoros Karyotis en su artículo, La guerra del Estado griego contra los movimiento de base, publicado en los periódicos Diagonal y Rebelión el pasado mes de agosto.
Pese a las penalidades que sufre la población bajo las políticas de austeridad de la Troika desde hace cinco años, los hogares griegos se abrieron y los colectivos militantes crearon una red de acogida a refugiados e inmigrantes en edificios vacíos,  cocinas colectivas, tiendas de comida, guarderías y clínicas a su servicio.
Y esta solidaridad no solo es la mejor alternativa a los campos de refugiados bajo control militar, y en el que las ONGs atienden y se desenvuelven lo mejor que pueden, sino el mejor antídoto a la xenofobia de la extrema derecha y el neofacismo griego organizado en Amanecer Dorado. Pero la solidaridad de base no es solo que no interese al Estado capitalista y los gobiernos de turno, es que es un peligro para ambos.


autogestión y solidaridad para apoyar a los refugiados griegos en Grecia

Por eso, el Gobierno de Syriza, antes de que este movimiento de base se hiciera más potente,  ordenó la operación policial que ha destruido gran parte de la infraestructura solidaria montada a lo largo de un año por los colectivos militantes. Una medida sobre la que hay que reflexionar, en lo que tiene de disposición de gobierno e interés de Estado, sobre todo cuando la izquierda sigue enredada en los conceptos que pretende neutros.
Syriza, una esperanza de la izquierda reformista griega y europea en su día, pero que tras su claudicación ante la Troika, se ha convertido en una izquierda neoliberal. Y por eso prefieren que la solidaridad se confunda con el ejercicio de la caridad y el asistencialismo de las ONGs.
Así, el viceministro griego de Protección Civil calificó de iniciativa bien intencionada a la solidaridad de base (autogestionada y autofinanciada), y  de "esfuerzo parcial", que solo  ayuda a un reducido nº de refugiados; por contraste con la generalista acción del Estado, que dispone de fondos de la UE.
Sin embargo, la diferencia es cualitativa, porque la solidaridad y la democracia de base es un exponente de que la sociedad puede emanciparse a sí misma y prescindir del Estado y de la casta que vive a su costa.
Fdo: Encarna Ruiz Galacho

viernes, 9 de septiembre de 2016

¿ Y DESPUÉS DEL NO A RAJOY?

El No a la investidura de Rajoy como presidente de Gobierno mantenido por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, pese a las muchas presiones recibidas, ha sido de los más elogiado en los medios de izquierda. Aunque, visto lo visto en su partido, era la opción más ventajosa para su persona y la de su equipo, que son todo un poema.

Obviamente,  con el No a Rajoy, se ha desquitado Sánchez de  la investidura fallida que protagonizó con Rivera, o sea, la derecha del IBEX 35. Al parecer, Sánchez se había metido bastante en su papel  de presunto presidente de gobierno, y prometido a Albert  Rivera, en secreto, que sería vicepresidente. Aunque de cara a la galería uno y otro decían que no le preocupaban los sillones sino los españoles. ¡Y un mojón!

Sánchez es un secretario general en tenguerengue, sin correlación de fuerza a su favor y toda su estrategia estriba en ganar tiempo. Es un caballo perdedor,  que ha llevado al PSOE a los mínimos en votos y escaños; pero, en lugar de dimitir del cargo ante los malos resultados,  ya dice mucho del sujeto que resiste como gato panza arriba.

Los barones regionales del PSOE, los contrarios a " la España rota", que así entienden la autodeterminación de los pueblos y el derecho a decidir, le prohibieron  a Sánchez la coalición con Unidos Podemos. Entonces  barajaban "la gran coalición" de PP, PSOE y C´s como fórmula de gobierno.
Luego, temiendo dejarle todo el terreno de la oposición a Unidos Podemos, optaron por  la investidura de  Rajoy,  coaligado con un Rivera disponible por España y los españoles,  como lo están los capitostes del IBEX 35.  
No hace mucho Ciudadanos  hacía ascos de Mariano y pedía al PP un sustituto, porque decían ser un partido de regeneración de la derecha.  Por eso a alegan que 100 de las  medidas que han firmado con Rajoy  las firmaron antes con Sánchez.  
Claro está que  a los barones del PSOE le salió mal la jugada; dejaron para después, de asegurar el gobierno de Rajoy, la convocatoria del Comité Federal y allí liquidar por fin a Sánchez. Y ahora se encuentran con que ni hay gobierno ni pueden cambiar de caballo ante las elecciones  en Galicia y el País Vasco.
Los barones más locuaces apostaban por dejar gobernar a Rajoy,  y  otros que el PSOE se abstuviera, imponiendo al PP unas duras exigencias. Incluso Felipe González propuso que el PP apartara a Rajoy y pusiera a otro en su lugar, y a lo cual le siguió un editorial del diario El País -el antaño BOE del Régimen del 78- pidiendo que se fueran Rajoy y Sánchez. Más claro imposible.

Rajoy al mando de un partido podrido hasta las trancas, sigue haciendo de las suyas, como presidente en funciones; y aprovecha para colocar en el Banco Mundial a su ex ministro J.M. Soria, dimitido por fraude fiscal y mentiroso, un amiguete, del que dice ser buen funcionario que ha reingresado en la Administración (¡¡¡) . Y ya me dirán si un hombre que dice cosas así puede regir los destinos de un país medianamente decente.

Sánchez, por su parte, quería seguir con el teatrillo de marear la perdiz. Pero no por mucho tiempo, porque Susana Díaz, la lideresa andaluza que estaba missing, salió a  desvelar el secreto a voces: nada de gobernar el PSOE con Unidos Podemos. O sea, o gobierno del PP o terceras elecciones, en la que esperan acabar con el fenómeno Podemos. Que España les importa un bledo.
  
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