miércoles, 16 de diciembre de 2015

" ESPAÑA ,,, NO ES PAÍS PARA VIEJOS"

El pasado 1 de noviembre el número de pensiones de la Seguridad Social alcanzaba en España los 9,35 millones, de los cuales 5,6 millones son pensiones de jubilación. Y lo que toca decir al respeto es que los gobiernos del PSOE y el PP son los responsables del fatalismo sobre el porvenir que atraviesa el tema de las pensiones públicas y de los pensionistas en este país.


Es más, el gobierno del PSOE, tan patrimonializador de la "izquierda", fue el primero en atacar a las pensiones. En 1985 el gobierno de Felipe González inició el ataque, y a éste respondió la confederación sindical de Comisiones Obreras, dirigida por Marcelino Camacho, convocando -junto a otros sindicatos menores- una huelga general memorable. 


Desde entonces, al igual que con las "reformas" laborales del PSOE y el PP, las cosas han ido de mal en peor para la clase trabajadora.

Unas veces se nos asusta con que España es el país de la Unión Europea de más baja natalidad; otras que poco hay que hacer, con 5 millones de parados, pésimas condiciones de trabajo, ínfimos salarios y una grave indefensión para millones de trabajadores.

Con todo, es la mayoría asalariada con nómina la que apecha en España con la fiscalidad, con el lema de "Hacienda somos todos". Cuando los que menos pagan son los que más tienen.

Por ello la clase trabajadora puede y debe exigir que la sostenibilidad de las pensiones públicas deje de ser manipulada por los gobiernos de turno y sea garantizado cada año por los Presupuestos Generales del Estado.


El gasto en pensiones en España solo representa el 10% del PIB, cuando la media de la Eurozona es del 12,2%. Asimismo las cotizaciones en España (13% del PIB) está por debajo de la media de la Eurozona (14% ) y lejos de Holanda y Alemania (17%) y de Francia (19%).  

Lógicamente, la presión fiscal en nuestro país está también 8 puntos por debajo de la media de la Eurozona y de la UE. Para colmo, Rajoy ha venido asaltando año tras año el Fondo de Reserva de las pensiones hasta dejarlo en poco menos de la mitad, 34.000 millones, un fondo  que tenía en 2011 nada menos que 66.815 millones de euros.

Precisamente, estos días, Juan F. Martín Seco, en un artículo: Las pensiones y el 20-D, señalaba la escasa atención que el programa electoral del PSOE prestaba a las pensiones.

Para este economista: "La variable esencial a la hora de plantear la viabilidad o inviabilidad del sistema público de pensiones no es otra que la evolución  de la renta per cápita". Siendo el Estado "el que debe asegurar que todos los trabajadores en su vejez dispongan de una prestación digna".

Por ello, pregunta, con buen criterio : "¿por qué van a ser únicamente los trabajadores y los salarios los que tengan que soportar la carga de sostener las pensiones? ¿Acaso no deben contribuir a ello las rentas de capital y los beneficios empresariales?"



Hay que terminar, por tanto, de una vez con el "asustaviej@s" de los gobiernos de turno. Hay una solidaridad generacional a defender. Y la solución es que el pago de las pensiones públicas corra, como digo, a cargo de los Presupuestos Generales del Estado.



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